lunes, noviembre 3, 2025
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Organizaciones nacionales e internacionales se unen en Colombia contra el bullying

Liderada por el Colegio Bilingüe José Max León (CBJML), la comunidad “Rompamos el Silencio” surge como una respuesta colectiva, sostenida y transformadora frente al acoso escolar. Esta iniciativa nació tras el encuentro “Sofocar la Apatía”, organizado recientemente por esta institución educativa, con el objetivo de generar acciones concretas ante una problemática que deja huellas profundas en miles de estudiantes en Colombia y el mundo.

“Rompamos el Silencio” convoca a docentes, estudiantes, familias e instituciones a detectar, prevenir y enfrentar toda forma de violencia escolar. Más allá de denunciar, propone aprender desde la infancia a actuar con “la alegría del coraje”, empoderando especialmente a quienes presencian estas situaciones para que se conviertan en agentes de cambio. “El empoderamiento de los espectadores como agentes efectivos en el apaciguamiento de un caso de matoneo escolar es la base para una Colombia más justa y solidaria”, afirmó Robert Max Steenkist, gerente del CBJML.

Esta comunidad cuenta con el respaldo de Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN y referente nacional en la lucha contra la exclusión, así como de destacados líderes y especialistas que participaron en el encuentro, incluyendo representantes de la Secretaría de Educación del Distrito, Fundación Plan, Impacto TIC y organizaciones expertas en ciberseguridad infantil. Además, se suman nueve colegios aliados de Nueva Zelanda y Brasil, consolidando una red internacional comprometida con el cambio.

El contexto evidencia la urgencia de actuar. En Colombia, el 23% de los estudiantes ha sido víctima de acoso escolar, según el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana. En 2023, el Sistema Unificado de Convivencia Escolar reportó más de 6.000 casos graves, cifra que no refleja la totalidad de situaciones por el temor o la indiferencia frente a la denuncia. A nivel global, la UNESCO calcula que uno de cada tres estudiantes ha sufrido bullying, y UNICEF advierte que uno de cada cinco adolescentes ha sido víctima de ciberacoso. La Organización Mundial de la Salud ha señalado el acoso escolar como un factor de riesgo que puede derivar en trastornos como ansiedad, depresión e incluso suicidio.

La experiencia internacional muestra caminos posibles. Uno de los modelos más exitosos es el programa Kiva, implementado en Finlandia, que logró reducir los casos de acoso escolar en un 62% en apenas un año. Al igual que “Rompamos el Silencio”, Kiva se centra en activar a los espectadores como actores clave en la prevención.

Inspirado también en la visión de los pueblos ancestrales del suroeste de Estados Unidos, donde la palabra “kiva” designaba un espacio sagrado para el encuentro y la concertación, “Rompamos el Silencio” plantea una transformación profunda en el abordaje del bullying. Promueve un enfoque formativo que permite comprender el contexto, acompañar a víctima y agresor, y transformar el entorno escolar sin renunciar a la reparación y la justicia. Su apuesta es construir una cultura escolar basada en el respeto, la diversidad y la corresponsabilidad, en la que toda la comunidad participe activamente en la creación de entornos seguros, solidarios y justos.

El origen de esta comunidad está en el encuentro “Sofocar la Apatía: La Ética del Cuidado Frente al Bullying”, celebrado en el CBJML. En este espacio se trazaron rutas colectivas desde lo pedagógico y lo ético para prevenir el bullying y el ciberacoso. Se destacó que la violencia escolar persiste también por el silencio o la indiferencia de quienes presencian estos hechos. Entre las conclusiones se propuso fortalecer canales de denuncia confidencial y acompañada, construir espacios de ética del cuidado y comunicar de forma clara y sostenida las rutas de atención y prevención. También se hizo énfasis en la necesidad de reconocer los factores estructurales que atraviesan muchos casos de bullying, como el racismo, la xenofobia o la violencia de género, los cuales suelen ser invisibilizados en los entornos escolares.

“Queremos una comunidad viva que invita a actuar desde la formación de jóvenes y adultos, no solo a reaccionar. Bajo el liderazgo del CBJML y con aliados nacionales e internacionales, buscamos prevenir el bullying y el ciberacoso de forma sostenida. Romper el silencio con empatía y corresponsabilidad es el primer paso para construir entornos escolares más justos, seguros y humanos”, concluyó Steenkist.

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