Según el Centro de Monitoreo al Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés), en el mundo cerca de 83,4 millones de personas vivían en situación de desplazamiento por conflicto y desastres al cierre del año pasado. Colombia es uno de los países con mayor número de personas desplazadas por conflicto en el mundo. A la fecha, el Registro Único de Víctimas reporta que más de nueve millones de personas han tenido que abandonar sus territorios a causa de la violencia en el país.
A lo largo de los años, la respuesta humanitaria ha sido fundamental para que las personas desplazadas puedan atender sus necesidades más apremiantes en los territorios que les acogen: salud, educación, techo, comida, trabajo, entre otros. Sin embargo, este mecanismo no es suficiente para que puedan superar la condición de vulnerabilidad e integrarse de forma efectiva en las comunidades. Por eso, es necesario avanzar en una estrategia de largo plazo que permita garantizar la integración social y cultural, el acceso sostenido a derechos fundamentales y oportunidades.
En Cali, Medellín, Bogotá, Buenaventura, Quibdó, Tumaco y Florencia, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), implementa el enfoque de soluciones duraderas al desplazamiento, utilizando la metodología de Planeación Basada en Comunidad (CBP), mediante la cual comunidades desplazadas y de acogida trabajan con los gobiernos locales en la construcción de sus planes de soluciones duraderas. Estos siete territorios concentran más de 13.000 hogares desplazados, equivalentes a cerca de 50.000 personas que se beneficiarán con las acciones priorizadas en sus planes locales.
La implementación de la metodología de CBP, desarrollada en coordinación con los gobiernos nacional y locales y otras agencias del Sistema de Naciones Unidas, está cambiando la forma de abordar el desplazamiento forzado, al trasladar la planeación y la toma de decisiones a las comunidades, generando apropiación, confianza y cohesión social durante el proceso.
“En un país con nueve millones de personas desplazadas, esta metodología representa más que un cambio técnico. Es una manera de contribuir a la reparación y la construcción de paz desde los territorios, destacando el liderazgo de las comunidades en los procesos de planeación local” afirmó Fernando Medina Donoso, Jefe de Misión de la OIM en Colombia. Y agregó: “El desafío ahora es que las acciones identificadas por las comunidades se integren a los instrumentos de planeación local para su implementación efectiva. Su éxito dependerá de la articulación entre instituciones nacionales y locales; y de la vinculación de otros actores locales (como el sector privado) para garantizar la financiación de las acciones priorizadas y la permanencia de los espacios de participación.”
Más de 500 personas participaron directamente en los procesos de diagnóstico, mapeo y planeación comunitaria, para la elaboración de los planes, en el marco de un proyecto financiado por el Fondo de Soluciones al Desplazamiento Interno (IDSF), con los siguientes resultados:
• Buenaventura (Valle del Cauca): En el barrio Alberto Lleras Camargo, el plan prioriza acciones en vivienda, ingresos y cohesión social.
• Tumaco (Nariño): líderes y lideresas de los barrios Obrero, Unión Victoria e Iberia definieron 22 acciones concretas para mejorar servicios básicos y medios de vida.
• Quibdó (Chocó): comunidades de los barrios Samper y La Victoria construyeron una hoja de ruta, junto con la alcaldía y entidades nacionales, enfocada en la convivencia y seguridad barrial.
• Florencia (Caquetá): en el barrio La Gloria el plan integral de acción está enfocado en formalización de asentamientos y el acceso a empleo.
• Cali (Valle del Cauca): comunidades de los barrios Villa Luz, Villa Mercedes y Villa Mercado trabajaron en un plan centrado en fortalecer los vínculos entre comunidades desplazadas y de acogida dentro de la planeación urbana local.
• Medellín (Antioquia): en el barrio La Cruz, el proceso de diagnóstico y planeación priorizó acciones en vivienda, servicios básicos, movilidad y participación, en coordinación con la Alcaldía y entidades nacionales.
• Bogotá (Cundinamarca): representantes de los barrios Paraíso, Bella Flor y Mirador desarrollaron un proceso participativo que facilitó a comunidades víctimas y de acogida identificar acciones para mejorar el acceso a servicios, educación y espacios comunitarios.


